miércoles, 22 de marzo de 2017

¿Hablamos el mismo idioma?

¿Hablamos el mismo idioma?


Parece una pregunta fácil. Vamos a hacer algo, voy a decir una palabra y tu escribes lo primero que te viene a la mente. ¿Lista? La palabra es: Mar. ¿Qué pensaste?, ¿paz o fuerza?, ¿tranquilidad o miedo?
Parece un ejemplo extraño, pero créeme, hay adjetivos que utilizamos muy seguido y damos por sentado que para todos significa lo mismo que para uno. Vamos, mar, es algo bastante claro, ¿o no? Ahora imaginarte cuando le pides a tu gerente/ejecutivo de ventas que haga una presentación “perfecta”. Perfecta para ti puede ser: 10 slides, súper concisa, incluir información únicamente de los productos/servicios que está solicitando, incluir costo sin descuento; pero para tu ejecutivo, significa: 20 diapositivas, incluir información de todos los servicios, aplicar el descuento desde un inicio, etc.

“A veces nos olvidamos que cada cabeza es un mundo, y que todos tenemos definiciones y percepciones diferentes”.

Hace algunas semanas estuve en el norte de África, y pude corroborar lo simple de este concepto, que por cierto, creo que es universal. El objetivo del viaje era identificar porqué una de nuestras oficinas, estaba dando resultados muy por debajo de lo esperado, además de proponer un plan que nos permitiera, por lo menos, tener un cierre de año decente. En un principio pensé que todo era cuestión de expectativas, y dado que a principios de año contratamos al primer gerente y primer asociado, probablemente las mías eran altas. Pero bueno, ¡de que otra manera podría ser si las personas que se sumaron al equipo son realmente competentes!
Nada mas llegue a Casablanca tuve conversaciones uno a uno con el director, gerente y asociado, con la idea de entender las diferentes perspectivas. Bien sabemos que “todo depende del cristal con que se mira”. La buena noticia fue que me encontré con un equipo sumamente comprometido con la organización, con muchas ganas de hacer que las cosas funcionaran, pero también con mucha frustración por que las cosas no se estaban dando como lo planeamos.
El director me decía: “Dani, yo contraté a una persona senior para que me diera resultados”. Por el otro lado, esa persona a la que él contrato me decía: “Dani, yo llegué aquí para dar resultados, pero ¡no me dejan!”… Entonces, ¿cuál es el problema? Si ambas partes estaban hablando de lo mismo: ¡dar resultados!
El identificar esta situación, en realidad fue una excelente noticia, pues es algo que debería ser relativamente simple de mejorar, sobre todo si partimos del principio, que hablamos el mismo idioma.
La comunicación es definitivamente una parte clave no solo en el trabajo si no en la vida, el fenómeno “yo pensé que tu pensabas” es más común de lo que imaginamos. Muchas veces asumimos, pues eso nos deja actuar más rápido, y en estos tiempos, rapidez tiene que ser tu segundo nombre. Pero, a veces cuando no nos damos el tiempo de asegurarnos que todos tenemos claro hacia dónde vamos, lo que se espera de nosotros, lo que esperamos de los demás y como se va a lograr, por acelerarnos resulta contraproducente, pues seguramente habrá más errores/cambios/correcciones.
Un buen líder, no solo dice lo que hay que hacer, es también un apoyo y da la guía suficiente para que el equipo pueda responder, dar resultados, crecer. No importa el tamaño de tu empresa, es igual si son 3 personas o 1000, todos necesitamos guía, necesitamos asegurarnos que hablamos el mismo idioma, y que las expectativas están alineadas.
Actualmente existen muchas técnicas o metodologías que te pueden ayudar a alinear los objetivos de cada miembro de tu equipo y evitar problemas de de información o mala comunicación. Nosotros usamos los OKRs (objectives and key results / objetivos y resultados clave). Los OKR fueron creados en Intel y popularizados por el VC John Doerr, y son utilizados por empresas como Google, LinkedIn y Zynga.
Desde que he utilizado esta herramienta, sin lugar a dudas las situaciones de mala comunicación o malos entendidos han disminuido radicalmente. Por un lado, me ha obligado a ser más estructurada con mi equipo, lo que ha generado incremento en productividad. Por el otro, todo el equipo está alineado, sabemos hacia donde queremos ir y cuáles son las actividades claves para lograrlo. Todos somos parte de la definición de los OKRs, los cuales por definición son agresivos y por lo mismo cuando llegamos al 70% (recomendado por la metodología), tiene un efecto emocional importante, en el que sabemos que hemos hecho un buen trabajo, el cual además es reconocido no solo por el jefe si no por el equipo. También en el tema de la comunicación ha ayudado mucho, pues es una herramienta que debe de ser accesible para todos, lo que incrementa el sentimiento de transparencia y claridad.
En estas semanas que han pasado después de pasar tiempo en la oficina y definir con ellos sus OKRs, hemos empezado a ver una dinámica mucho más positiva entre el director y su equipo. Por supuesto que no es magia y necesita esfuerza, actitud y disciplina. Pero tengo confianza en que le daremos la vuelta y podremos solucionar los “problemas” de esta oficina. Ya les contaré…
Las invito a conocer más de esta herramienta, cada vez hay más recursos que son gratis, fáciles de implementar, y con gran potencial de impacto en nuestras organizaciones. En la siguiente participación, les contaré de una más, que literal ¡cambio mi vida! Mientras tanto, ¡a trabajar sonriendo!

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Daniela TerminelDaniela es una apasionada del mundo emprendedor. Durante los últimos 10 años, ha trabajado con cientos de emprendedores de Latinoamérica, Medio Oriente, África y Europa, ayudándolos a escalar su negocio y ser factores claves de desarrollo en su entorno. También es una apasionada de la vida por lo que siempre busca la forma de disfrutar y sacar lo mejor de cada faceta. Para ella, el máximo profesional se alcanza solo cuando primero estás bien en lo personal.
@dterminel

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